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Lucas Posada Pardo

¿Cómo se puede utilizar el derecho para darle un giro a la época del antropoceno, en Colombia?

Actualizado: 1 dic 2020

Es un hecho que estamos acabando con el mundo. Nos encontramos situados en una época que ha sido denominada el Antropoceno. Se trata del periodo geológico en el que el hombre empezó a destruir el planeta, explotándolo de manera desmesurada con el único fin de obtener el mayor beneficio económico posible, generando un grave impacto sobre la naturaleza y sobre todos los seres, tanto humanos como no humanos (Herrero, 2017). Como consecuencia lógica, se ha ido acabando con la existencia de especies y ecosistemas hasta el punto de extinguirlos o generarles daños irreversibles; esto no solo afecta al medio ambiente. La gente que tiene la batuta con la que dirige el mundo, los Gobiernos y las industrias, han olvidado o deliberadamente ignoran el hecho de que el humano y la naturaleza mantienen una relación de interdependencia. Es decir, en el caso de que acabemos definitivamente con la naturaleza, acabaremos también con la especie humana; y estamos próximos a lograrlo. Desafortunadamente, Colombia no es ajeno a este fenómeno. Cada vez azotamos con más fuerza al medio ambiente, la deforestación, la contaminación, la minería, la extracción de recursos, etc. Son todas prácticas comunes que perpetúan la época del Antropoceno. Este pensamiento es propio de la narrativa capitalista que desarrolla Maristella Svampa en su artículo Imágenes del fin Narrativas de la crisis socio-ecológica en el Antropoceno, solo nos acerca cada vez más a acabar con nuestro país y con nuestro mundo. Como estudiante de la carrera de derecho y autor de este corto ensayo me surge la pregunta ¿Cómo se puede utilizar el derecho para darle un giro a la época del Antropoceno en Colombia? Para responder esta pregunta me baso en dos casos, que bien se podrían llamar icónicos, en los cuales la Corte Constitucional ha concedido derechos a un oso de anteojos y a un cuerpo de agua del país. Exploro brevemente como esta podría ser una posible solución al problema; o por lo menos una contribución a la solución. Es iluso imaginar que un solo cambio pueda revertir el camino que ha tomado la humanidad.

En años recientes, el Gobierno colombiano se ha interesado más en la producción que en el medio ambiente, propio de un Gobierno extractivista, un caso concreto de esto es la aprobación de la minería en el páramo de Santurbán[1], páramo que contiene una importante reserva de agua para el departamento de Santander. Debido a las técnicas de extracción, en esta zona la reserva se vería afectada, ya que pueden resultar en la contaminación del área por la cantidad de residuos y desperdicios que conlleva la actividad minera. Esta situación perjudicaría gravemente a las localidades aledañas al páramo de Santurbán, contaminando su principal fuente de agua. Luego esto denota nuestra clara interdependencia con el medio ambiente y de como, con el fin de generar regalías lo acabamos y nos acabamos simultáneamente.

Otro ejemplo, que demuestra que nos gobiernan los extractivistas es la deforestación de la Amazonía. Para el 15 de abril del 2020 La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) reportó la perdida de 75.000 hectáreas[2] para la producción de ganado. Aunque esto no es un problema perse patrocinado por la administración del Gobierno, si se debe a la falta de presencia estatal en estas zonas y la ausencia de consecuencias para quienes acaban con la selva, pues el Gobierno no toma medidas contundentes al respecto y no aparenta quererlo hacer en un futuro cercano.

Estos son apenas dos fenómenos que muestran la orientación extractivista de nuestro Gobierno, que acoge el pensamiento de la narrativa capitalista y simultáneamente aparenta abogar por el medio ambiente. Proponen prácticas que se asemejan a la geoingeniería, que son “pañitos de agua tibia” para tratar de solucionar los problemas, como, por ejemplo, las compensaciones que deben sufragar las empresas mineras luego de las extracciones[3].

Sin embargo, no todo el aparato Estatal piensa de la misma manera. Afortunadamente contamos con la separación de poderes. En la rama judicial la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia, han abogado por el medio ambiente en diferentes casos, son de vital importancia el caso del oso “Chucho” y el caso del río Atrato. En el primer caso, la Corte Suprema, con ponencia del magistrado Luis Armando Tolosa, le concede el recurso de Habeas Corpus al Oso “Chucho” interpuesto por su cautiverio en un zoológico. Más allá del hecho de que se le conceda la acción, lo relevante de esta decisión fue el reconocimiento de derechos a los animales. Se hizo un traslado de la visión antropocéntrica a una ecocéntrica-antrópica. Esto quiere decir que la Corte concibió que “el hombre es el responsable principal de la conservación del universo y del medio ambiente, que aboga por una ciudadanía universal y biótica.” La Sentencia buscaba cambiar desde el derecho la idea de que el hombre puede existir con la explotación de la naturaleza. Además, se cambió la idea de que los animales son cosas (en derecho bienes muebles[4]) a pensar que son seres sintientes, con sus respectivos derechos. No se trata de darles los mismos derechos que los humanos, pues esto llegaría al absurdo de un proceso judicial dónde las partes son perros y el juez es un caballo. En palabras de la Corte “se busca reconocerles los correspondientes, los justos y convenientes (derechos) a su especie, rango o grupo. Se trata de insertar en la cadena viviente, una moralidad universal, un orden público ecológico global, otorgando el respeto que merecen ante el irracional despliegue del hombre actual para destruir nuestro hábitat, por virtud de la interdependencia e interacción entre hombre y naturaleza.”

Ahora el segundo caso fue la primera vez que la Corte Constitucional le reconoció derechos a un cuerpo de agua, el Río Atrato. Este caso inicia por el alarmante estado en el que se encontraba el río, pues había sido contaminado, desviado y alterado de diferentes maneras. Por eso fue necesario intervenir dicha situación reconociéndole derechos para lograr su protección. La conclusión es que la Corte intercedió para proteger al cuerpo de agua, reconociéndole derechos y como consecuencia ordenó que se hicieran “planes de acción encaminados a la eliminación de la extracción ilícita de minerales, la realización de estudios epidemiológicos y toxicológicos, el diseño e implementación de un plan de seguridad alimentaria y la descontaminación de las fuentes hídricas afectadas por el mercurio y otras sustancias tóxicas”, para proteger esos derechos.

Para concluir, el derecho puede ser utilizado para proteger el medio ambiente y empezar a revertir la situación actual, por medio del reconocimiento de derechos y la respectiva protección a raíz de los mimos de la naturaleza. A pesar de que materialmente las sentencias no han tenido efectos significativos, si han generado cambios. El derecho puede empezar a generar ese cambio en la idea de que la naturaleza es un objeto ajeno al humano. Estas pequeñas victorias, ayudan a concientizar a las personas de lo que está sucediendo con la naturaleza y a que no podemos seguir explotando la naturaleza si pretendemos seguir viviendo de ella.

[1] Paz, Antonio. (2019) Crece polémica por minería y nueva delimiitación de Santurbán. Revista: Semana. https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/crece-polemica-por-mineria-y-nueva-delimitacion-de-santurban/44140 [2] FCDS. (2020). Reporte FCDS deforestación Amazonía colombiana 2020. Recuperado de: https://fcds.org.co/reporte-deforestacion-amazonia-colombiana-2020/ [3] Artículo 204 de la Ley 685 de 2001. Por la cual se expide el Código de Minas. [4] Artículo 655 del Código Civil.

Bibliografía:

Herrero, Amaranta. (2017). Navegando por los turbulentos tiempos del Antropoceno. Ecología Política, 53: 18-25.

Svampa, M. (2018) Imágenes del fin: narrativas de la crisis socioecológica en el Antropoceno. revista Nueva Sociedad No 278: 0251-3552.

Paz, Antonio. (2019) Crece polémica por minería y nueva delimiitación de Santurbán. Revista: Semana. https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/crece-polemica-por-mineria-y-nueva-delimitacion-de-santurban/44140

La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible. (2020). Reporte FCDS deforestación Amazonía colombiana 2020. Recuperado de: https://fcds.org.co/reporte-deforestacion-amazonia-colombiana-2020/

Corte Constitucional, Sala Sexta de Revisión. (10 de noviembre de 2016) Sentencia T-622 de 2016. [M.P.: Jorge Iván Palacio Palacio]

Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria. (26 de julio de 2017) Auto interlocutorio AHC4806-2017 [M.P.: Luis Armando Tolosa Villabona]

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