De esta forma es cómo vemos reflejado el Antropoceno, no en nuestras vidas. La mayoría de los seres humanos vivimos bien y tranquilos, sin darnos cuenta de las repercusiones ambientales, sociales y económicas que tienen nuestras acciones. Los animales silvestres, inadvertidos de lo que ocurre, intentan adaptarse a nuestro “estilo de vida”. Los efectos del Antropoceno en nuestras vidas todavía no se notan, sin embargo, como dice Herrero (2017), “la historia de la Tierra y la historia humana están intrínsecamente interconectadas”. Si uno está destinado a morir, el otro también. Tal vez, por una ocasión, podríamos ser nosotros los que nos adaptamos a lo que necesita el planeta. Adaptarnos a un cambio constante, pero convertirlo de alguna manera, en un cambio positivo para todos los seres vivos del planeta. Tal vez así, cuando llegue la próxima crisis planetaria, será más fácil sobrellevarla, y tal vez la próxima vez, no sea muy tarde.
Santiago Andres Martinez Henao
“Donde sea, se construye un hogar.”
Actualizado: 1 dic 2020
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